El Catastro de Ensenada, iniciado en 1749, fue un minucioso proyecto a gran escala que buscaba modernizar la administración fiscal de la Corona española. Este ambicioso plan, impulsado por el rey Fernando VI y su ministro el marqués de la Ensenada, tenía como objetivo principal la creación de un sistema tributario más equitativo y eficiente. La metodología empleada en el Catastro fue meticulosa y detallada, exigiendo a los habitantes que proporcionaran información exhaustiva sobre sus propiedades, ingresos y actividades económicas, como las propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluidos los censos; incluso de las características geográficas de cada población.

A través de un cuestionario de 40 preguntas, las llamadas Respuestas Generales al Catastro de Ensenada, se recopiló una amplia gama de datos, desde la demografía y la geografía hasta la economía y la sociedad. El Catastro de Ensenada proporcionó una instantánea sin precedentes de la riqueza y la estructura social de la época. Además, este censo preestadístico ofreció una visión de la distribución de la propiedad y la desigualdad económica, así como de las prácticas agrícolas y ganaderas.

El Catastro de Ensenada no solo buscaba evaluar la riqueza para una imposición fiscal más justa, sino que también pretendía identificar las posibles reformas agrarias y económicas que podrían impulsar el desarrollo de la Corona. Aunque su precisión en términos de datos demográficos fue limitada, el Catastro es hoy en día una fuente invaluable para los historiadores, ya que ofrece una perspectiva detallada de la vida en la España del siglo XVIII.

La relevancia del Catastro de Ensenada radica en su intento de abarcar todos los estratos de la sociedad, incluyendo a los estamentos privilegiados, lo que marcó un cambio significativo en la política fiscal de la época. Este esfuerzo por documentar la riqueza y las propiedades de cada individuo refleja un cambio hacia una mayor transparencia y responsabilidad en la administración pública.


El Catastro de Ensenada en la Gobernación de Cabrera y el término del Puente de Domigo Flórez (S. XVIII):