La arquitectura popular de Cabrera establece una continuidad con la de los vecinos territorios berciano y sanabrés, caracterizando las cubiertas los tipos básicos de la casa cabreriresa: la paja y la losa.

Los materiales

Fachada con ventana en Silván

La arquitectura tradicional cabreiresa deriva de los materiales y de las tipologías, ambas cosas armoniosamente enraizadas en el paisaje. Los materiales están extraídos del entorno: piedra, pizarra, paja y madera. Los muros de los edificios -casas, pajares, cuadras, fraguas o molinos- están construidos con esquistos y cuarcitas, en forma de lajas o piezas delgadas, que alternan con cantos rodados. En Cabrera Alta vemos esquistos y cuarcitas de colores rojizos, en pueblos como Pozos, La Cuesta, Villar del Monte o Manzaneda. Los esquistos oscuros, casi negros, contrastan en Iruela con los cantos rodados de cuarzo blanquecino, alternando en hiladas. En Corporales encontramos esquistos de color verdoso o rojizo, alternando también con canto rodado de cuarzo lechoso. Toda una variada gama de color en los muros de las viviendas y de las otras edificaciones auxiliares. Colorido que se proyecta también en muros o cerramientos de los huertos y tierras de labor en las cercanías de los pueblos.

De paja de centeno están cubiertas las techumbres de pajares y cuadras. La pizarra es utilizada en las techumbres de las viviendas, con las chimeneas revestidas también de losas toscas, y en otros edificios, como hornos, molinos, fraguas o palomares. El color grisáceo de este material se ve a veces matizado con los tonos verdosos y amarillentos de musgos y líquenes. Y losas toscas de pizarra rematan los hastiales escalonados de los pajares con sus cubiertas de paja de centeno. Variedad y colorido.

La madera, generalmente roble o castaño, es protagonista de esos característicos corredores de la vivienda cabreiresa, que en algunos lugares presentan interesantes motivos decorativos. En las viejas puertas de madera podemos observar esas trancas también de madera, obra del carpintero local, o esos clavos, cerrojos y picaportes de hierro, trabajados en la fragua a golpes de martillo sobre el yunque. Aún se conserva alguna vieja fragua con todos sus utensilios.

La casa de teitu

La casa de “teitu” o techumbre de paja ha desaparecido hoy prácticamente de Cabrera, aunque podemos identificar algún ejemplar aislado sin uso o convertido en pajar. Sus ejemplares disponen de planta rectangular, que se doblaba a veces para crear forma de L o incluso U, desarrollándose en una sola altura y con cubierta a dos aguas. Como podemos apreciar hoy en las cuadras y palleiros, emplea en ocasiones el penal escalonado, como remate de testeros, aparecen asimismo los bordes redondeados de la planta, marcando la transición de la vivienda de “teitu” de planta redondeada denominada en el ámbito galaico como palloza.

 

Pajares en Villar del Monte

En su interior se sitúan dos únicos espacios habitables, la cocina y el cuarto, además de la cuadra. La cocina dispone del llar solado de losa, escapando el humo por un “buraco” o agujero realizado expresamente en el “teito”. Las divisiones menores se realizan con tabiques encestados, cubiertos de barro, teniendo acceso común personas y animales.

A mitad del siglo pasado todavía era dominante la casa de “teitu” en Cabrera, como nos señala Pascual Madoz en La Baña cuyas casas son “casi todas terreras y cubiertas de paja” como ocurre en Castrohinojo o Llamas de Cabrera. Hoy solo se conservan cubiertas de “teito” marginalmente en edificios auxiliares centrados en lugares de Cabrera Alta, y aisladamente en Cabrera Baja.

La casa de losa y corredor

La casa de corredor con tejado de losa es el tipo dominante en la comarca. Es un tipo evolucionado de dos alturas, donde en la superior se sitúa la cocina y las habitaciones y en la planta baja las cuadras y a veces la bodega.

El corredor es el elemento característico, cumpliendo tanto las funciones de colector solar como sirviendo de cuarto múltiple, ampliando el programa de la casa, donde incluso se puede alojar el horno. Lo más habitual es que se disponga en paralelo a lo largo de la planta, orientado al solano, pudiendo doblarse alcanzando más de una fachada, constituyéndose al volar las vigas del forjado de la planta alta. Se identifica por su carácter cerrado, con entablado continuo vertical que, a veces, solo deja pequeños huecos o balconcillos.

Casas con corredores en Villar del Monte

La disposición del corredor volado se alterna con aquel que se constituye como elemento de entrada, ayudado por la escalera de acceso exterior o “patín”. La escalera normalmente es de piedra y se dispone tanto en paralelo a la fachada, protegida por el vuelo del tejado, como también ortogonalmente a la misma.

En ocasiones el corredor se cierra con tabiques de encestado revocados con barro o cal, incluso apoyados en muretes, pilastras o pies derechos, creando un espacio porticado de protección para la carretera y el portón.

En el interior la cocina se acompaña de la despensa y del horno, aunque en muchas ocasiones se ha añadido éste, al desaparecer el papel de los hornos comunales. La cocina incorpora el llar bajo enlosado, con los “escaños” alrededor, pudiendo disponer o no de campana que, si existe, se constituye con una elemental estructura de madera, cerrada al interior con tabla y al exterior recubierta de losa.

La imagen exterior de la arquitectura, junto al corredor y las cubiertas, se completa con la fuerza de sus fábricas pétreas. Dominan los esquistos y cuarcitas, a las que se van añadiendo el canto rodado y poco a poco, mientras se desciende en Cabrera Baja, se incorporan los revocos de barro marcándose la mayor presencia de las vegas. Los colores pétreos van desde los tonos rojizos, pasando de dorados a los verdosos y grises, e incluso al color negruzco. Se alternan, en este último caso, con los cuarzos lechosos blancos a modo de contraste cromático. Lo menudo de las fábricas pétreas obliga a constituir los huecos con dinteles y jambas de piezas de madera, de un tamaño reducido, como respuesta al duro clima de la comarca, donde el vidrio se incorporará muy tardíamente.

La madera se asoma al exterior especialmente en los corredores y aleros, empleando especialmente el roble y el castaño. En los ejemplares más evolucionados en el corredor aparecen las galerías acristaladas, con influencia de carácter más urbano. Es reseñable en algunos lugares la presencia de revocos con formas almendradas, dotados de dibujos, con motivos de animales, producto del rascado, empleados en ejemplares de este siglo.

Otra característica de la arquitectura comarcal es la adaptación de los asentamientos y de su construcción a la fuerte pendiente del territorio, manteniendo un sabio dialogo con su paisaje que se traslada a sus entornos agrarios, con sus cercas y espacios próximos de cultivo.

Cuadras, palleiros, palomares y bodegas

Desagregados de la casa aparecen con frecuencia edificios destinados a la guarda del ganado y del cebo y heno, como respuesta a la economía de montaña de la comarca. En ellas no es infrecuente el empleo del “teito” en la cubierta. Se disponen frecuentemente en agrupaciones lineales, pudiendo doblarse sus plantas rectangulares hasta crear formas en L y U.

Palomares en Quintanilla de Losada

Otros elementos que están presentes, como reflejo en las diferentes condiciones geográficas, geológicas y climáticas de la comarca, son los palomares y bodegas. Los palomares se localizan sobre todo en Cabrera Baja, destacando los núcleos como Robledo de Losada y Quintanilla de Losada. En su mayoría tienen planta circular y cubierta a un agua, protegida por el resalto del muro en su borde superior, donde pueden tomar el sol las palomas. Su presencia refleja la relativa importancia del cereal en la economía local en ciertos puntos de la comarca.

Las bodegas sólo aparecen aisladas de la casa, en los núcleos más bajos de Cabrera, como Santalavilla o Pombriego. Se crean al excavar las laderas bajas escarpadas, que se cierran con fábrica pétrea, intentando crear un arco tallado en el terreno como remate.

Bodega de Santalavilla

Otros elementos significativos son los hornos comunales que en muchos lugares, han desaparecido, indicando el volumen del horno que se ha añadido a la fábrica original de la casa.

Forno en una casa de Truchas

Por último cabría destacar que todavía una parte de sus núcleos ofrecen una imagen unitaria apenas alterada que mantiene un inteligente diálogo con el territorio. Lugares como Trabazos, estructurado a lo largo de su estrecha calle principal, donde sus corredores casi se tocan, ofrecen una imagen del núcleo rural medieval que es auténticamente excepcional en nuestro país.

Trabazos

Puentes de Cabrera anteriores al siglo XX

No cabe duda, que por culpa de la orografía de nuestra tierra, León forma una de las provincias con más puentes de España y de mayor interés histórico. Aunque no pertenece a una categoría de la arquitectura, hablaremos en este apartado de los antiguos puentes de piedra que cruzan los ríos Cabreireses:

1. Puente en Truchas sobre el río Eria

Situación:

Municipio: Truchas.
Situación geográfica: Al norte del núcleo urbano de Truchas, en el camino antiguo que se dirige a Corporales.
Hoja del Mapa Topográfico Nacional: E: 1/50.000, número 230

Historia:

El puente fue construido en el siglo XVIII para enlazar el valle del Eria con la Valdueza y Ponferrada por Corporales, aunque también puede ser un puente que se construyó con la base de otro puente romano, probable paso de una vía minera hacia las explotaciones del Teleno y hacia los canales que llevaban agua a Las Médulas.

Continuó en uso hasta la tercera década de nuestro siglo, ya que en 1919 se aprobó el proyecto de un nuevo puente que aún se hallaba en construcción en 1925 (Ministerio de Fomento, DGOP: op. cit. Años 1919-1924 págs 519 – 842)

Desde la apertura del tramo nuevo, el puente ha quedado obsoleto, sólo utilizado como paso peatonal esporádico.

Puente de Truchas (Los Sapos)

Descripción:

El puente consta de una sola bóveda de cañón de 9.60 m de luz, y 3.50 de ancho, con una embocadura de sillarejo muy cuidada y ahora restaurada con pequeños sillares que se alejan bastante del tamaño de los originales. Originalmente debió presentar lomo de asno al que ha vuelto tras la restauración. La anchura del tablero es de 3.50 m.

2. Puente de Nogar sobre el río Cabrera

Situación:

Municipio: Enciendo.
Situación geográfica: Junto a la carretera que se dirige hacia Puente de Domingo Flórez, para acceder al pueblo de Nogar.
Hoja del Mapa Topográfico Nacional: E: 1/50.000, número 230

Historia:

Puente probablemente construido en el siglo XVIII, para facilitar el paso por Nogar y el valle del río Soña a corporales, punto de encuentro con el antiguo Camino de Ponferrada, aunque puede que en su origen fuese romano. Actualmente continúa en uso por el tráfico local.

Descripción:

El puente consta de una sola bóveda que originalmente era de cañón y hoy está muy desriñonada, lo que le presta una apariencia ojival.
La luz o distancia que salva el puente es de 12 m, y está íntegramente realizado a base de mampostería tosca, rejuntada con mortero blanco.

Puente de Nogar

La embocadura está realizada a base de lajas de 1 m de ancho constante, y es tangente a la rasante alomada. Afortunadamente aún conserva el peto (lo que ahora conocemos por barandilla). El peto es extraordinariamente grueso, con 0.85 m de anchura, lo que deja reducido el tablero útil a 3 m. Está pavimentado a base de cemento, y entre las grietas y las juntas crece la hierba.

3. Puente en La Baña sobre el río Cabrera

Situación:

Municipio: Encinedo.
Situación Geográfica: En el núcleo urbano de La Baña.
Hoja del Mapa Topográfico Nacional, E: 1/50.000, número 229

Historia:

El puente debió construirse en el siglo XVII, probablemente en sustitución de algún otro de madera, como es habitual en la zona. Ha sufrido una ampliación de tablero en la que ha desaparecido casi todo el peto, quedando únicamente unos restos en el extremo del estribo izquierdo, donde la planta se ensanchaba. También se le han adosado dos conducciones aguas arriba, que contribuyen a afear su aspecto.

Soporta un tráfico local bastante limitado y no sólo comunica los dos barrios del pueblo, sino el camino a Puente de Domingo Flórez y el que se dirige a San Ciprián, ya en tierras zamoranas, en la otra vertiente de la Sierra de Cabrera Baja.

Descripción:

Puente de una sola bóbeda de cañón de 9 m. De luz, realizado con mampostería de lajas pizarrosas rejuntadas con mortero. La embocadura, también de la misma fábrica, es regular, de un metro de ancho y es tangente a la rasante alomada.

Como ya se comento, apenas quedan restos del peto original en el estribo izquierdo, pues ha sido sustituido por una rudimentaria barandilla metálica de tubo. Se ha conseguido con esta operación una anchura de tablero de 3,60 m. Convendría restaurarlo, eliminar las antiestéticas tuberías adosadas y limpiar el sucísimo entorno.

4. Puentes sobre el río Cabrera en Puente de Domingo Flórez

Situación:

Municipio: Puente de Domingo Flórez.
Situación geográfica: En el casco urbano.
Hoja del Mapa Topográfico Nacional: E: 1/50.000, número 191

Historia:

El origen de este paso del río Cabrera se remonta indudablemente a los romanos, como demuestra la parte de fábrica de sillería cimentada sobre la roca que presenta el puente antiguo. Éste era una bóveda de cañón de gran esbeltez y alcanzaba los 16,10 m. de luz.

Hay múltiples testimonios sobre la ruina del puente y la insistencia de la villa por arreglarlo entre 1771 y 1774: en mayo de 1771 fueron varios los municipios que junto a Puente de Domingo Flórez, solicitaron su reparación, financiada por repartimiento entre los pueblos de 20 leguas a la redonda; las obras serían ejecutadas por don Sancho Menéndez según proyecto del arquitecto don Mario Jorganes y por un importe de 890 reales de vellón.

La obra quedó concluida en 1773, pero el paso continuaba siendo muy peligroso, según denunciaron los vecinos y transeúntes e informó el maestro arquitecto don Diego Martínez, debido al olvido de reparar el camino que nacía del puente. Ello obligó a afrontar nuevas obras a base de nuevos repartimientos. No obstante, la reparación debió de durar muy poco, pues Madoz y los Itinerarios Militares los describen como un puente de madera sobre los restos de piedra del primitivo arruinado.

También se refiere a este puente “viejo de madera” la memoria del proyecto del nuevo puente que se construiría unos 150 m. aguas abajo, proyectado en octubre de 1863 por el ingeniero Martínez Echeverría, y consistente en tres bóvedas de cañón de sillería de 10 m. de luz. Las obras se adjudicaron a don Julián Llamas.

El puente más moderno soporta el tráfico de la N-120, mientras que el antiguo, muy toscamente reconstruido hace unos años a base de hormigón, sólo sirve para el tráfico urbano local.

Descripción:

El puente antiguo. Su origen romano queda claramente expuesto en las hiladas de sillería que quedan de la bóveda, directamente cimentadas sobre roca; éstas dejan aventurar la hipótesis de que el puente primitivo alcanzaba los 16, 10 m. de luz y los 17 m. de altura desde la rasante, con escasamente 4,40 m. de anchura de bóveda. También presenta la fábrica antigua cuatro muescas debidas al cajeado de la cimbra.

Los tímpanos y estribos son de mampostería concertada, pero la mayor parte del puente está mal reconstruida a base de hormigón.

El puente original era estrecho, como antes se ha indicado, pero se habría en los estribos y sus pretiles; sobre todo en la margen izquierda del río, puesto que la derecha ha sido parcialmente invadida por las construcciones de la villa.

Puente antiguo

La zona central reconstruida presenta unos antiestéticos “quitamiedos” de hormigón con una somera barandilla metálica. Está pavimentado de cemento.

El puente del siglo XIX. Se construyó a base de tres bóvedas de cañón de sillería de 10. de luz, tangentes a la imposta y apoyadas sobre pilas también de sillería, que miden 2,60 m. de altura hasta los arranques y 1,50 m. de espesor. Los estribos alcanzan un ancho de 4 m. y presentan en su cara interior un ligero talud.

Puente del siglo XIX

Las pilas, también de sillería, son de planta rectangular con tajamares semicilíndricos, simétricos y sombreretes semicónicos, también con una imposta sobresaliente.

El petril está muy deteriorado por las colisiones que produce el mal trazado de la carretera, que ha dispuesto que a la salida del puente exista una curva pronunciada. Convendría repararlo y señalizarlo, así como reconstruir el antiguo con sus materiales originales.